… Sise detuvo el coche. Salí y me paré en el centro de la carretera. ¿De dónde venían? ¿Adónde iban? ¿Qué había ocurrido? Me miraban quedamente, de soslayo. No tenían fuerzas para continuar, pero temían detenerse. Los fascistas iban tras ellos, dijeron. ¿Málaga? Sí, eran de Málaga, y Málaga habíaSeguir leyendo…