Prisioneros en los batallones disciplinarios de la posguerra
Antonio Borrego Naranjo, zapatero de profesión, nació en Grazalema y fue vecino de San Fernando. Un informe inserto en el expediente personal, redactado por la alcaldía de San Fernando en noviembre de 1944, describe de forma pormenorizada su periplo carcelario.
Según este informe, Antonio Borrego estuvo afiliado al gremio de zapateros de la CNT como simple afiliado. El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 le sorprendió en su pueblo natal, donde colaboró en el economato creado por el Comité de Abastos hasta que las fuerzas sublevadas tomaron la localidad el 15 de septiembre. Huyó a Coín, permaneciendo hasta su caída, tras la que regresó a Grazalema, siendo detenido el 21 de febrero de 1937. Lo encerraron en la cárcel del pueblo, y en julio del mismo año pasó a la Prisión de Partido de San Fernando, en la que estuvo preso dos años. Más tarde fue trasladado a la de Cádiz, seguido del Penal de El Puerto de Santa María, donde tras otros 16 meses de reclusión fue llevado a la Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo (Badajoz). Por esa pertenencia al Comité de Abastos fue condenado, precisamente por aquellos que se habían levantado contra el gobierno legítimo, a 20 años de prisión por el “delito” de auxilio a la rebelión.
En la Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo estuvo preso 1 año, 7 meses y 4 días. Ingresó el 20 de julio de 1942 y salió en libertad condicional el 24 de febrero de 1942. Los presos de esta Colonia, que en realidad fue un campo de concentración, fueron obligados a trabajos forzados en la construcción del Canal de Montijo y su presa. Casi el treinta por ciento de ellos eran de procedencia andaluza1.
La concesión de libertad condicional en febrero del 44 no supuso en modo alguno el fin de las medidas represivas. Antonio, como miles de excarcelados que no habían hecho el servicio militar cuando fue llamado a filas su reemplazo, en su caso el de 1940, fue convocado por la caja de reclutas n.º 18 de Cádiz, y dado sus antecedentes de desafecto al régimen, destinado a unidades disciplinarias. Así pues, dos meses después de salir de prisión, ingresó en el Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados n.º 92. En una primera etapa, y por lo que se desprende de su expediente, fue destinado a Zahara de los Atunes, de donde sería trasladado ya en 1945 al norte de la Península. En junio de ese año tuvo que ser ingresado en el Hospital Militar General Mola de San Sebastián, aunque no se especifica la causa ni el tiempo de permanencia. También fue destinado a trabajos forzados a Agiña-Lesaka (Navarra), donde seguramente participó en la construcción de las fortificaciones que en ese sector formaban parte de la Organización defensiva de Los Pirineos, plan llevado a cabo entre 1944 y 1948 para tratar de evitar en un primer momento una posible entrada de las fuerzas aliadas, y más tarde, incursiones de guerrilleros.
El 20 de septiembre, tras 1 año, 4 meses y 15 días como penado en unidades disciplinaria fue licenciado por tiempo ilimitado.
Fuente: Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados. 2ª Agrupación. Caja 301555, expediente 1110.
Vale de prendas expedido en Agiña (Navarra)