En la mañana del sábado 26 de junio de 2021, en el Palacio de Congresos de La Línea ha tenido lugar la presentación del libro Sumario 301 contra Milagros Ruiz López y trece más, que reproduce el título que el propio expediente policial tenía y que patentiza el desprecio que las recientes autoridades que se habían instalado tras el golpe de Estado del 36 en el país sentían hacia las mujeres represaliadas, agrupándolas en el anonimato como si sólo fuesen un número, una cantidad. Con una sala repleta de un público interesado, Beatriz Díaz Martínez, la autora, ha planteado las diferentes caras que la represión tenía, desde las más evidentes, como las sentencias a muerte y el encarcelamiento, hasta la más retorcida, que es el silencio, lo que implica el olvido de los hechos y las crueldades que las personas sufrieron.
Beatriz, antropóloga y autora de un buen número de libros en los que se analiza y se denuncia la precariedad de la población con menos recursos económicos, no sólo ha buceado en los documentos –los primeros de los cuales le facilitó José Luis Gutiérrez Molina– sino que ha entrevistado a descendientes de estas mujeres para sacar a la luz los acontecimientos y poner voz a sus penalidades y que, aunque ellas no pudieron disfrutar en vida de ningún tipo de reparación, así lo haga la investigación histórica.
Las 14 mujeres represaliadas lo fueron por existir indicios de que habían colaborado, de una manera o de otra, con el Socorro Rojo Internacional que, aunque se ocupaba de auxiliar a presos, perseguidos, niños y necesitados en general, era de afiliación comunista. Esta organización, en todo el país creó hospitales, proveyó de ambulancias, puso en marcha campañas de alimentación e higiene, destacando la labor de asistencia que llevaron a cabo a los refugiados que sufrieron la masacre de la carretera Málaga-Almería.
El ancestral papel como cuidadora de pequeños, mayores y de enfermos que las mujeres han venido desempañando altruistamente a lo largo de la historia, se veía así desamparado y castigado, simplemente por hacerlo desde una organización con un origen ideológico determinado.
Beatriz Díaz, que fue presentada por Felipe López, del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, entidad organizadora del acto, animó a los asistentes a que participaran en el mismo ofreciendo los recuerdos que han ido guardando a través de la trasmisión oral en sus familias. Este coloquio se alargó con las intervenciones de descendientes de represaliadas y con experiencias personales o familiares.
Finalmente, la conclusión a la que se puede decir que se ha llegado, tras un acto que ha sido mucho más emotivo que la simple presentación de un libro gracias a los testimonios de algunos de los presentes, es que este tipo de actuaciones son necesarias y que la línea de investigación que lleva a desvelar estos lamentables crímenes debe afianzarse con trabajos como el que Beatriz Díaz ha realizado y que la difusión de los resultados debe contemplarse como un elemento más, imprescindible en el binomio estudio y divulgación.