En el fondo documental donado al archivo de la Casa de la Memoria por los descendientes del escritor y militante antifranquista Javier Núñez Yáñez, se halla la reproducción de una nota informativa confidencial del servicio de información de la Guardia Civil de Málaga dirigida al gobernador civil al sospechar de un matrimonio vecino de Nerja por haber recibido un paquete desde Alemania Oriental en 1963, casi un cuarto de siglo después del final de la Guerra de España(1). La nota va encabezada con el asunto “Socorro Rojo Internacional”. Los agentes creyeron ver en este envío postal la mano de la organización fundada por la Internacional Comunista en 1922 pero que había sido oficialmente disuelta en 1947, tres lustros antes de que hubieran localizado aquel embalaje. Los hechos fueron los siguientes. Dos agentes de la Brigada de Investigación Social de la Guardia Civil de Málaga se presentaron el 31 de mayo de 1963 en Nerja para investigar la recepción de un paquete que había sido despachado por la aduana de Irún con destino a una vecina de esta localidad malagueña. En realidad, el bulto contenía una blusa de lana, un vestido de señora y unos zapatos usados. Lo que llamó la atención de los agentes era que el paquete había sido enviado desde Alemania Oriental, país de la órbita comunista con el que España entonces no tenía establecidas relaciones diplomáticas. Los guardias interrogaron a la receptora, Filomena Jiménez Martín, por el origen del envío, pero ella dijo que ignoraba quién lo había remitido. Entonces, indagaron en la trayectoria política del marido de esta, Francisco Alaminos Torres, que entonces vivía de la explotación de dos pequeñas parcelas rústicas del término y que había sufrido la represión franquista por su militancia republicana. Aunque ya había saldado la condena a la que había sido sometido, este episodio del paquete sirvió a los servicios de investigación para hacer recaer sobre él una sospecha estrambótica, su relación con el Socorro Rojo Internacional, dos décadas después de su disolución.

Nota confidencial del Servicio de Investigación de la Guardia Civil de Málaga.
Nota confidencial del Servicio de Investigación de la Guardia Civil de Málaga.

Su trayectoria merece ser recordada. Cuando se inició la sublevación militar contra la República, él residía en Almuñécar y, ante el avance de los rebeldes, participó en la “Huía” o “Desbandá”, y en Motril se incorporó al Batallón Pablo Iglesias del sindicato UGT, con el que prosiguió hasta Almería. Tras ser nombrado sargento de la 180 Brigada Mixta y haber sido destinado a distintos frentes de Valencia y Teruel, se encontraba en la retaguardia de Segorbe cuando acabó la guerra. Internado en el campo de concentración de la plaza de toros valenciana, regresó por sus propios pies a Almuñécar, donde fue encerrado en un campo de concentración en un ingenio de azúcar en desuso. Procesado en consejo de guerra, fue condenado a 12 años de prisión, pero fue indultado. Se casó en 1940 y fijó su residencia en Nerja. Su esposa, que también era de Almuñécar, había tenido unas primeras nupcias con un vecino de esta localidad malagueña, Francisco Escobar, quien había sido detenido durante la guerra y conducido a Granada, donde, según la terminología oficial, “desapareció”.
Alaminos fue detenido de nuevo en 1944, acusado de haber participado en un alijo de armas en Río de la Miel [esta es la denominación que figura en el documento de la Guardia Civil], por lo que fue otra vez sometido a consejo de guerra y esta vez condenado a 30 años de prisión, pena que cumplió en el Penal de Santoña, en el Patronato Central de Nuestra Señora de la Merced de Madrid y en la Prisión Central de Burgos, de donde salió en libertad condicional el 20 de julio de 1961, tras 17 años y cinco meses de cárcel. Desde entonces, se dedicó al trabajo en el campo.

Nota:
(1) Archivo de la Casa de la Memoria. Documentación reprografiada. Donación de Javier Núñez Yáñez (original del Archivo del Servicio de Información de la Guardia Civil).

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