La Diputación de Cádiz ha editado el libro Fragmentos de una memoria por recuperar. Alcalá de los Gazules (1931-1939), de Carlos Perales Pizarro. Se presentó el 9 de septiembre de 2021 en el Palacio Provincial de Cádiz. Carlos Perales (1948-2018) “no lo pudo acabar ni presentar en vida, pero su trabajo ha dado fruto y honra la memoria y dignidad de las víctimas que el golpe de Estado del 36 y la posterior represión dejó en su pueblo”, según expresó la Diputación en un comunicado. El acto fue también un homenaje “a su persona, omnipresente en el recuerdo de familiares, amigos y compañeros que han llenado el patio descubierto del Palacio Provincial para conocer el resultado de su obra y sobre todo recordar a la persona que la ha hecho posible”. Itervinieron en esta presentación la presidenta de la Diputación, Irene García; sus hijos Pablo e Irene Perales, y Javier Giráldez Díaz, quien ha terminado de ensamblar las últimas piezas de la investigación y darle la forma definitiva al libro.
Irene García reconoció que comparecía casi más en calidad de amiga que de presidenta de la Diputación y ha recordado el afán que persigue este libro y que refleja la meta que Perales se propuso en su vida: “Que se abrieran las ventanas a la verdad y que se viera la luz de la verdad”, siempre con la intención de la justicia y la reparación, no de la revancha. La presidenta también indicó que su legado sigue presente y que la Diputación va a perseverar en su esfuerzo por la Memoria Histórica y la justicia moral con las víctimas aún no reconocidas de la represión tras el levantamiento del 36. “El testigo continúa en el futuro”, afirmó Irene García, en alusión al trabajo que seguirá desempeñando en este ámbito la Diputación.
“Él fue quien presionó hasta la saciedad y convenció a esta Diputación para liderar la recogida de muestras de ADN”, recordó la presidenta que además señaló que “lo que más le preocupaba era no perder los testimonios de testigos que aún tenemos vivos antes de que desaparecieran”. Irene García además describió la obra presentada como “un libro terrible, porque terrible es lo que cuenta”, y resaltó el valor que tiene para las generaciones más jóvenes y alejadas de aquella realidad.
La obra consta de 368 páginas, “fruto de una intensa investigación de años, con aportaciones fotográficas y documentales y un recuerdo individualizado y humanizador de las víctimas de la represión del bando sublevado”. Se trata de una obra que cuenta como portada con una evocadora ilustración con algunos de los objetos que recuerdan inequívocamente al autor. El libro está prologado por Irene García.
Su hijo Pablo recordado a Carlos Perales desde el punto de vista más humano y describió, con la lógica emoción del momento, varias anécdotas que le han dibujado como a una persona implicada con las causas de justicia social, tanto en el ámbito de la memoria histórica como de la cooperación internacional. Irene, su hija, leyó un texto en el que recordó el carácter sencillo a la vez que firme de su padre, y señaló la responsabilidad que le ha supuesto a la familia hacer realidad la voluntad del autor de que este trabajo viera la luz y el alivio que supone verlo convertido en libro.
Por su parte Javier Giráldez en su intervención explicó cómo fue siguiendo con Perales el desarrollo de este libro durante los años de investigación y recopilación, y cómo asumió, cuando éste lo pidió, la responsabilidad de terminar de ensamblar las últimas piezas hasta que se ha editado esta edición de 500 ejemplares físicos.
Durante el acto se proyectó un vídeo con imágenes de Carlos Perales, recopiladas por su familia y con música de Pablo Milanés, uno de sus autores favoritos. Con esta presentación “la Diputación honra a quien ostentó diferentes puestos de responsabilidad en su organigrama y a quien se convirtió en todo un referente a nivel andaluz en materia de Memoria Histórica”. La Diputación “recuerda así a quien dedicó gran parte de su vida, precisamente, a luchar contra el olvido. El olvido que acarrea injusticia y dolor”.
La Casa de la Memoria La Sauceda homenajeó a título póstumo a Carlos Perales en 2018, y dio su nombre a la sala del Archivo de esta Casa, en reconocimiento a su labor como investigador de la memoria histórica.