El cortijo del Marrufo, donde en 2012 fueron recuperados los cuerpos de 28 personas asesinadas por los sublevados contra la República en el otoño-invierno de 1936, tras la localización de siete fosas comunes donde habían sido sepultados, pudo haberse convertido en un centro de investigación y documentación en la última década del siglo XX. Ese era el propósito previsto en el plan especial de protección de la Sierra del Aljibe, cuyo avance aprobó el Ayuntamiento de Jerez el 26 de octubre de 1987. Quien firma este artículo tuvo la oportunidad de publicar el 3 de enero de 1988 un reportaje en Diario de Cádiz en el que se daba a conocer el destino que se quería dar a esta finca. Dicho plan se basaba en un documento elaborado por la empresa sevillana Verde-Etuasa (Estudios Territoriales, Urbanos y Ambientales, S.A.), promovido por el Consistorio jerezano y financiado y dirigido por la Dirección General de Urbanismo de la Junta de Andalucía.
Este plan de protección preveía dotar a este entorno de unas infraestructuras de uso cultural, recreativo y de ocio. En concreto, para el complejo del Marrufo se reservaba la idea de que su casa-cortijo se convirtiera en un “centro de investigación y documentación, con salas de exposiciones, biblioteca, salón de actos, hospedaje e invernaderos”(1).
En el estudio de diagnóstico previo, elaborado el año anterior, ya se decía que se había constatado “un fuerte despoblamiento durante las dos últimas décadas, estando abandonadas o infrautilizadas numerosas viviendas, sobre todo en el Charco de los Hurones, la Alcaría y el Marrufo”(2).
Este plan especial también contemplaba un catálogo de espacios y elementos protegidos, entre los que figuraban el cortijo y el pilar del Marrufo, así como las huertas de esta misma finca. De igual modo, se preveía “un paseo didáctico” con la señalización de una serie de caminos, así como “la instalación de paneles explicativos”.
La idea de convertir el Marrufo en un centro de investigación y documentación no prosperó. En cambio, casi tres décadas después de aquel proyecto, cristalizó en la Casa de la Memoria La Sauceda la iniciativa de crear un centro documental de la memoria histórica.
Notas:
(1) Sígler, Fernando: “El plan especial de protección de la Sierra del Aljibe persigue la restauración del paisaje”. Diario de Cádiz, 3/1/1988, pág 17; Sígler, Fernando: “Elaborado un plan especial de protección de la Sierra del Aljibe”. Diario de Jerez, 7/1/1988, pág 4.
(2) Sígler, Fernando: “El Ayuntamiento pretende declarar parque natural la sierra del Aljibe”. Diario de Cádiz, 1/6/1987, pág 9.