Antonio Morales Benítez
(Doctor en Historia, UCA)
Reproducimos este texto remitido en diciembre de 2006 desde Argentina por el único descendiente directo de Manuel Arenas Guerrero, El Americano, emigrante en Argentina de 1908 a 1929, miembro de la masonería, dirigente político republicano y último alcalde republicano de Ubrique (Cádiz), donde fue fusilado por los golpistas en 1936. Este texto lo envió desde Argentina su bisnieto Fabián Arenas, y fue leído en Ubrique con ocasión de la presentación de un libro sobre la guerra civil en esta localidad. En la persona de este bisnieto suyo, Fabián Arenas, este familia, que sufrió todos los rigores del conflicto armado, intenta hoy día reconciliarse con la Historia y con el país de sus antepasados. Este texto constituye todo un homenaje a la memoria histórica.
Escrito de Fabián Arenas
“Mi nombre es Fabián Arenas. Nací y me crié en un hogar en la Argentina donde no se hablaba del pasado. Muchas veces de pequeño interrogué a mi abuelo sobre su vida en España. Como niño mi curiosidad quedaba satisfecha cuando me contaba alguna historia, con pocos detalles, pero con mucho amor. Cuando crecí , un día le pregunté a mi abuela por qué su esposo no hablaba de su juventud. Su respuesta fue que ella conocía parte de la historia y por lo que sabía había escapado junto a mi bisabuela Luisa huyendo de un trágico destino y que seguramente era el dolor de saber que nunca jamás iba a poder regresar a su pueblo de Ubrique el que hacía callar sus labios. Porque su camino fue marcado el día que encarcelaron y mataron a su padre. Y la camisa blanca manchada de sangre que tenía puesta en aquella ocasión fue guardada en un baúl y en él pusieron también a la familia, a los amigos y sus recuerdos. Y se embarcaron rumbo a América. Cuando llegaron a Buenos Aires ese equipaje fue depositado en una habitación y el tiempo hizo que se fuera olvidando su contenido por setenta años.
[Sigue]
Yo nunca comprendí por qué… Todos merecemos conocer nuestra historia. Saber de dónde venimos. Me decidí a investigar. Sólo conocía en nombre de mi bisabuelo Manuel Arenas Guerrero. Y la búsqueda dio sus frutos. Encontré su biografía en Internet. En la página del Foro por la Memoria . Qué emoción ver su foto, conocer su vida, saber…que me parezco. Pero la vida me volvería a sorprender. Recibí un e-mail del autor de dicho artículo. Me llenó de sorpresa y más…mis ojos no podían dar crédito a lo que estaba leyendo. También él era descendiente de la familia Arenas Guerrero y allí comenzó un ir y venir de e-mails contando todo… Es tan importante recuperar la historia, sentir que hay personas que nunca se resignaron a la idea de que la familia fuese desarmada por aquellos que piensan distinto.
Hoy me siento pleno. Sé que no soy uno más. Dios me dio la posibilidad de reencontrar el camino a casa. Esa que dejó mi abuelo allá en el año 36, su lugar en el mundo. Su familia guardó el recuerdo suyo y el de su padre. Y yo desde aquí puedo decir que él, a pesar de todo, fue feliz y que sólo callaron su voz, pero no el recuerdo. Esa voz que escuchó mi corazón y que grita que sólo conociendo el pasado podremos construir el futuro, no con rencores, ni resentimientos, tratando de comprender al otro, para no repetir sus errores, y sobre todo perdonando a los que de un lado u otro no comprendieron que pensar distinto no nos hace enemigos. Porque esa será la única forma de ser felices, sin odios, sin rencillas. Por la memoria de los que ya no están”.
Fabián Arenas. Banfield-Buenos Aires (República Argentina), 2006.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.