Más de sesenta personas escucharon la conferencia de José Manuel Algarbani sobre Jimena en la guerra civil el pasado viernes 2 de diciembre en la Casa de la Memoria La Sauceda. El público ocupó todas las plazas del salón de actos y algunas personas tuvieron que escuchar las palabras del historiador desde la biblioteca contigua.
El acto, organizado por el Aula Itinerante de la Memoria Democrática de la Diputación de Cádiz y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, fue presentado por el alcalde del municipio, Pascual Collado, y por el responsable del aula, Santiago Moreno. Ambos elogiaron el trabajo desarrollado por Algarbani en los últimos años en la investigación de lo que fue la República, la guerra y la represión de la posguerra en el Campo de Gibraltar. Entre el público asistieron ocho alumnos y alumnas del instituto Hozgarganta de Jimena.
Algarbani hizo una introducción histórica, económica y social de las circunstancias que hicieron a Jimena un municipio singular en la guerra, pues fue el último de la provincia de Cádiz en caer en manos de los golpistas sublevados contra la legalidad republicana. El caciquismo heredado del siglo XIX y prolongado en Jimena hasta la llegada de la República, el latifundismo, la explotación del corcho y el carbón como principal fuente de trabajo, la fuerte presencia del anarquismo y el republicanismo, y la cercanía al Estrecho de Gibraltar, zona estratégica para los sublevados, son los factores determinantes de protagonismo de Jimena en la contienda.
El historiador algecireño explicó qué ocurrió entre julio y finales de septiembre de 1936, con la vida organizada por el Comité de Defensa de Jimena; contó cómo fue la toma del pueblo por los golpistas en uno de los episodios realmente bélicos sucedidos en la provincia de Cádiz, y cómo se desató luego la represión franquista que acabó con la vida de más de cien vecinos que fueron fusilados.
Algarbani también detalló qué trabajos hicieron en Jimena los presos republicanos que fueron utilizados como esclavos en la construcción de carreteras e instalaciones militares para la fortificación del Estrecho. Y confirmó que Agroman, la actual Ferrovial, fue la principal empresa privada beneficiaria de dichas obras pues fue ella la que obtuvo la concesión para la dirección técnica de unas obras en las que 30.000 presos de toda España sólo recibían como salario la comida escasa que se les daba cada día.
Tras la conferencia de Algarbani se proyectó Sucedió en Grazalema, documental que narra cómo fue la guerra en este municipio gaditano y se detiene en el fusilamiento común de quince mujeres y su posterior enterramiento clandestino en una fosa común. El guionista del documental, David Doña, presentó el documental y participó después en un coloquio con los asistentes. Doña explicó que lo que movió a la Diputación a producir este documental, realizado en 2015, fue haber conseguido reunir toda la información sobre aquel episodio y confirmar que el crimen contra las quince mujeres no se produjo en el verano del 36 como hasta ahora se creía. “Hemos confirmado que el asesinato fue en 1937, cuando algunas personas que se habían refugiado en Málaga huyendo del avance de los sublevados volvieron al pueblo creyendo que no les iba a pasar nada. Eso demuestra que este asesinato no fue al calor de los sucesos del verano, sino ya con la frialdad del que mata premeditadamente”, dijo.
Las mujeres asesinadas tenían entre 18 y 61 años. Todas fueron sacadas de sus hogares por falangistas; rapadas, obligadas a tomar aceite de ricino y paseadas por las calles del centro para ser humilladas antes de ser sacadas fuera del pueblo para ser fusiladas. Junto a ellas murió un adolescente de quince años que pasó por el lugar y que antes de ser fusilado fue obligado a cavar la fosa donde luego todos fueron enterrados. Ninguna de las quince mujeres estaba afiliada a sindicato o partido alguno y ninguna había participado en política. Sólo algunos de sus esposos hijos tenían filiación política o sindical y casi todos habían huido del pueblo.
Muchos descendientes de estas mujeres dan su testimonio en el documental, que también cuenta con la participación del historiador Fernando Romero, el ex alcalde socialista de Grazalema, Antonio Mateos, y el arqueólogo Jesús Román, responsable de la excavación arqueológica de2008 en la que se recuperaron los cadáveres de las mujeres.