Prisioneros en los batallones disciplinarios de la posguerra

Antonio Moreno García nació en Puerto Real el 8 de julio de 1916 pero era vecino de Cádiz cuando tuvo lugar el golpe de Estado del 18 de julio de 1936.

El informe de la Delegación Provincial de Falange inserto en su expediente personal lo califica de “persona de ideas de extrema izquierda” y perteneciente a “los llamados pioneros”, nombre con el se conocía en la capital gaditana a los integrantes de las Juventudes Comunistas. Por los enfrentamientos callejeros sucedidos durante la primavera de 1936 contra miembros de Falange y de la JAP (Juventudes de Acción Popular), serían duramente perseguidos y represaliados una vez que las fuerzas reaccionarias se hicieron con el poder.

El mismo informe lo sitúa el 18 de julio en el asediado edificio de Correos, aunque Antonio negó esa acusación en el Procedimiento Sumarísimo de Urgencia n.º 130 que se instruyó en su contra tras ser detenido el 28 de enero de 1937. Alegó que le confundieron con un hermano que había muerto en los primeros días del golpe en el Penal de el Puerto de Santa María. Otra de las acusaciones se basó en el hallazgo de un cargador con balas en un lavadero próximo a la habitación donde residía. También alegó que en todo caso pertenecerían a su hermano, afiliado a la CNT. Con estas forzadas y capciosas “pruebas” fue condenado a 30 años de reclusión perpetua por adhesión a la rebelión militar.

Moreno García estuvo en la Prisión Provincial de Cádiz hasta el 25 de mayo de 1938, cuando fue trasladado a la Prisión Central de El Puerto de Santa María, de la que pasaría más tarde a la Colonia Penitenciaria de El Dueso de Santoña (Cantabria). Fue en esta última prisión donde le concedieron la libertad condicional provisional el 6 de septiembre de 1941, y fijó de nuevo su residencia en la calle Botica n.º 31 de Cádiz, tras 4 años y 8 meses preso.

Muy poco tiempo disfrutó Antonio de esa libertad vigilada, pues a los diez días, el 16 de ese mes de septiembre, ya se encontraba interno en el campo de concentración Miguel de Unamuno de Madrid. Era el recorrido habitual de aquellos jóvenes excarcelados, que al no haber hecho el servicio militar cuando su quinta fue llamada a filas, eran convocados por sus correspondientes cajas de reclutas, clasificados como desafectos al régimen y destinados a trabajos forzados en las unidades disciplinarias.

Así pues, del campo de Unamuno ingresó el día 29 en la 2ª compañía del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados n.º 92, destacado por aquellas fechas en Punta Galea, Vizcaya. El 17 de noviembre fue destinado al parque de ingenieros de la Comandancia de Fortificaciones y Obras de la 6ª Región Militar, con sede en Bilbao, pero una semana más tarde fue devuelto a su batallón por padecer tracoma. Esta enfermedad le llevó dos veces hasta finales de 1941 a ingresar en el Hospital Militar de Zumaya (Gipuzkoa) y en el Hospital Militar de San Sebastián. Finalmente, el 6 de marzo de 1942, tras pasar por el Tribunal Médico Militar de Pamplona, fue licenciado por haber sido declarado útil para servicios auxiliares.

Fuente: Archivo General Militar de Guadalajara. Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados. 2ª Agrupación. Caja 301790, expediente 6027.
Hoja de prendas recibidas por Antonio Moreno García a su ingreso en el campo de concentración Miguel de Unamuno (Madrid)
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