El libro Las fronteras del destino, en la Biblioteca de la Casa de la Memoria.
El libro Las fronteras del destino, en la Biblioteca de la Casa de la Memoria.

 

En la sección de libros destacados que tienen alguna relación con Gibraltar de entre los albergados en la Biblioteca Javier Núñez Yáñez de la Casa de la Memoria La Sauceda, se distingue hoy el titulado Las fronteras del destino, de Antonio Pérez Girón. Esta obra, editada en 2006 por la Delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de San Roque, está catalogada en esta biblioteca con el número 1321. Se trata de una biografía novelada de María López, una militante republicana sanroqueña, que se vio obligada a marchar al exilio, primero en Gibraltar, luego en Tánger, durante la Guerra Civil, si bien antes de concluir esta se introdujo en zona de dominio del Gobierno legítimo hasta la caída de la República, cuando estaba en Valencia, de donde regresó a San Roque el 6 de mayo de 1939. Sometida a consejo de guerra y condenada a muerte, le fue conmutada la pena capital por la de treinta años de reclusión perpetua.
El autor entrevistó a María López cuando ésta contaba con 84 años de edad, y el libro es producto de conversaciones y testimonios proporcionados por ella. En esta biografía novelada se cuenta que tras desaparecer su padre, fue conminada a abandonar San Roque si quería salvar la vida. Entonces se dirigió a la frontera con Gibraltar. En el libro rememora: “El paso fronterizo estaba especialmente vigilado. Las nuevas autoridades militares procuraban por todos los medios que no pasasen a la colonia birtánica nuevos refugiados políticos”. Al otro lado, pese a la simpatía con que desde Gibraltar comenzó a verse la causa de los rebeldes, “el Peñón constituía la tabla de salvación para muchos, que habrían de transitar hacia zona republicana o buscar abrigo en Tánger”.


María López relata lo que le ocurrió en el puesto de control: “Nos mezclamos con un grupo de personas que mostraban sus permisos de manera mecánica y con cierto alboroto. Cerca del puesto de control distinguí al guardia Navas, que me conocía por haber estado prestando servicio en San Roque. Bajé la cabeza sin poder evitar que me reconociera (…). Avancé unos pasos. Mamá estaba presta a introducirse en el pequeño coche de viajeros. Me faltaban unos metros para alcanzarla. De pronto, una vez surgió de entre los guardia. No sé si fue Navas o algunos de los falangistas. ‘¡Se escapan dos políticas!’. Nos encañonaron de inmediato y nos introdujeron en el cuerpo de guardia”.
Tras este intento frustrado de pasar al Peñón, María López decidió volverlo a intentar, pero esta vez en solitario, y este segundo intento resultó fructífero. Cuando llegó a la colonia británica, comprobó que “familias enteras sobrevivían en los pontones cercanos al puerto, pasando verdaderas calamidades y con el temor de ser devueltas”. María López pudo contactar con una sociedad dedicada a la ayuda a los refugiados. “Era un grupo de izquierda, en el que militaba Carlos Lugaro. Nos reuníamos en un local conocido por Los Quiñones”. Fue allí donde supo que a su padre lo habían matado.
El libro continúa con la peripecia vital de María López: su paso a Tánger, su regreso a zona republicana, su vuelta a San Roque al finalizar la guerra, su condena en consejo de guerra, los años de cárcel…

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